Alfa Romeo Giulietta Spider de 1958 toda una obra de arte.
A los amantes de los coches clásicos nos encanta salir y conducir nuestros tesoros sobre ruedas, si bien el Alfa Romeo Giulietta Spider también es apto para sentarse en una silla y limitarse a mirarlo.
El diseño es delicado, las líneas perfectas y el aspecto general resulta absolutamente seductor. Te hace palpitar el corazón como tu primer flechazo en el patio del colegio.
Por supuesto, siendo un Alfa de los años 50, sería hermoso si fuera tosco. Pero no es el caso. Se trata de una máquina impecable, que resplandece a pesar de sus años.

En esta ocasión vamos a hablar del Alfa de Jim Marland de Proteus Cars, quien restauró el Alfa sin escatimar en gastos ni en detalles, llevándolo a un nivel de competición en sólo 18 meses.
En su primera salida después de la restauración, en 2000, el coche ganó el premio general Concours en el Día nacional Alfa Romeo. ¡Impresionante!
No obstante tal y como se puede ver en las fotos, tampoco es una gran sorpresa.
El coche ha sido reconstruido sin dejar ninguna tuerca sin girar. Es la perfección automovilística.
Una vez terminado el coche, otro entusiasta de Alfa Romeo consiguió hacerse con él y, a partir de ahí, el Giulietta se mantuvo en el mismo nivel al que se había acostumbrado. Como tal, pasó a ganar más premios en cada evento al que viajaba.
Este coche en particular tiene una historia interesante y algo emotiva. El propietario después de Jim Marland, un tipo llamado Tony Ranson, adoraba el coche. Sin embargo, se le presentó la oportunidad de comprar otro Alfa raro, por lo que el Giulietta tuvo que ceder su lugar. Al final, Tony se quedó con su otro Alfa, pero falleció al cabo de unos años. Después de su muerte, la esposa de Tony, Elene, compró este coche de nuevo para mantenerlo como un recuerdo entrañable antes de, después de un par de años, optar por venderlo para que alguien más pueda disfrutarlo mejor.

Este coche es realmente especial, pero eso se podría decir de cualquier Alfa. Y tendrían razón, ya que todos los Alfa clásicos son capaces de encandilarnos. Sin embargo, éste está a otro nivel. Ha tenido una vida en la que ha sido apreciado más allá de lo que incluso los coches más exclusivos están acostumbrados.
Ahora no sólo es un faro brillante del buen trabajo de sus anteriores custodios, sino también uno de los mejores Giulietta de 1958 del planeta, si no el mejor.
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